Sueños y Religiones

Talmud, Cabalá y Biblia

Escrito por Rosa Anwandter

La importancia que las llamadas grandes religiones, le han asignado a los sueños, está documentada en cada una de ellas con innumerables ejemplos.

En el Talmud, libro sagrado de los judíos, que se relaciona con la parte religiosa (ortodoxa) del judaísmo, los sueños eran usados como método adivinatorio y profético. Algo similar se explica en la Cabalá, libro que cuenta con 5.000 años de antigüedad, anterior al Talmud y que en hebreo significa “recibir”.

La Cabalá no hace referencia a “Dios” hablando en la vigilia a través de los sueños, sino a mensajes de la “Luz”. Cabe destacar que así como hay mensajes positivos, pueden haber también mensajes negativos en los sueños.

El instrumento mas importante en la Cabalá es el “Zohar” el libro del “resplandor” y literalmente de acuerdo al Zohar, la Cabalá considera el mundo físico una ilusión y una residencia de tipo temporaria, por lo cual los sueños y los “estados de sueños” son igual de importantes que nuestros estados concientes. Ahora bien, el Zohar destaca la importancia de la interpretación del sueño, incluso en la Cabalá se cree que la interpretación es mas importante que el sueño mismo, por lo cual existen una serie de condiciones para la adecuada interpretación del sueño. La ausencia de sueños por más de una semana es para los Cabalistas un indicio que la persona se encuentra en un estado de marcado egoísmo.

En la Biblia desde el Génesis hasta el Nuevo Testamento se encuentran 1.800 referencias a sueños y visiones.

En el Antiguo Testamento, está el sueño de Jaco, que pareciera ser una profecía para el pueblo judío. El sueño dice lo siguiente: “Jaco se dirigió a Harán y durmió allí, porque ya el sol se había puesto y soñó. Y he aquí una escala que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían de ella. Y Jehová habló y dijo en el sueño; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu simiente. Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente y al oriente, y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. Y despertó Jaco de su sueño y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”. (Génesis 28-10-16).

En el Nuevo Testamento la base misma de la cristiandad, está relatada así: “Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Que siendo María su madre desposada con José, antes que se juntaren, se halló haber concebido del Espíritu Santo y pensando José en esto, he aquí el ángel del Señor le aparece en sueños, diciendo: José: no temas de recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado del Espíritu Santo es. Y tendrá un hijo, y le llamarás Jesús porque él salvará a su pueblo de sus pecados. Y despertando José de su sueño, hizo como el ángel del señor le había mandado y recibió a su mujer”. (San Mateo 18-24).

Otro sueño importante dentro de ese mismo período es el citado a continuación: “Durante la visita de los Reyes Magos, cuando estos vieron al niño con su madre María, lo adoraron le ofrecieron oro, incienso, y mirra. Y siendo avisados por una revelación en sueños que no volvieran por el mismo camino, regresaron por otro. Cuando los Reyes Magos partieron, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños a José diciendo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y quédate allá hasta que yo te lo diga: porque ha de acontecer, que Herodes buscará al niño para matarlo. Y José despertando de su sueño, tomó al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Herodes entonces se enojó mucho y envió a matar todos los niños que vivían en Belén y que tenían hasta dos años.

Al morir Herodes, he aquí el ángel del Señor aparece en sueños a José en Egipto y diciendo: Levántate y toma al niño y a su madre y vete a tierra de Israel, que muertos están los que procuraban la muerte del niño.

Entonces José se levantó y tomó al niño y a su madre y se vino a tierra de Israel. En otro sueño José fue aconsejado a radicarse en Nazaret, para que se cumpliese lo que fue anunciado, que el niño había de ser llamado Nazareno”. (San Mateo 2-11-12-13-16-19-20-21-22).