el año 1953 se lleva a cabo un suceso que remeció esta área. Dos científicos de la universidad de Chicago descubrieron, el sueño REM (Rapid Eye Movement). Se detectó que cuando la persona está durmiendo y se mueven los ojos de esa manera, es cuando aparecen las imágenes que llamamos sueños. Estos científicos descubrieron que exclusiva y constantemente los sueños ocurren durante estas etapas REM, lo que sugería que el catalizador de los sueños hasta allí vigente, no eran los deseos o recuerdos reprimidos, al contrario, era más bien un proceso fisiológico. Pareciera que hasta los animales tenían ciclos REM. En la activación de la fase REM, el tronco del cerebro, la parte mas baja y primitiva, boquea los impulsos motores con una información sensorial (olfato, tacto, audición), además bloquea el activador de los impulsos el impulso de correr, por ejemplo). Esto es porque cuando alguien está soñando, no reacciona físicamente empezando a correr inmediatamente. Pero, el soñante se encuentra efectivamente paralizado. Los sueños de episodios REM (cuando estamos soñando), son guiados a través del equilibrio de tres neurotrasmisores: serotonina, norepinefrina y acetilcolina. Los neurotransmisores son compuestos químicos que envían mensajes desde una célula nerviosa a otra célula nerviosa. Mientras estamos durmiendo, la producción de serotonina, noripenifrina, disminuye hasta el límite de una casi inactividad. Este proceso eleva el nivel de acetilcolina, lo cual induce a entrar en la etapa REM (a soñar) y hay una excitación visual, surgen contenidos emocionales y el centro motor que es el responsable del flujo de sueño en el cerebro dormido, forma imágenes. La “síntesis”, se instala en el cortex, que es donde se sitúa el pensamiento y la parte más elevada del cerebro. Entonces el cerebro responde a la llegada de imágenes juntándolas y tejiéndolas, lo mejor posible, insertando pequeñas partes de forma aleatoria para transformarse en lo que llamamos como soñar. Los compuestos químicos serotonina y noripenifrina, gatillan el proceso de soñar y son los mismos que guían el proceso de juzgar. De pronto, los sueños, que de acuerdo a Freud eran considerados deseos insatisfechos o poderosas urgencias y necesidades reprimidas, fueron descritos como “automáticos”. El contenido de los sueños, podría no ser tan importante ni tan propio de cada individuo, porque los sueños no eran gatillados por un pasado tormentoso, sino era el resultado de una reacción química. Los científicos que descubrieron el sueño REM, estaban en lo cierto, los sueños eran un mero proceso químico, entonces la teoría del inconsciente, era un montón de tonterías- por decirlo de manera delicada. Así mismo, el hablar de terapia era tontería. Sucedió que los psiquiatras más inclinados, desde siempre hacia la ciencia se retiraron hacia otro lado y se dedicaron a estudiar el cerebro humano. Los psiquiatras más inclinados hacia el psicoanálisis, siguieron otro camino y empezaron a estudiar la mente. Entonces surgió una nueva teoría, a lo mejor los sueños no eran tan importantes, ya que no eran gatillados por un pasado terrible, sino más bien por una liberación de elementos químicos. Los informes y artículos sobre estos estudios tomaron una posición o la otra. Y aquí el ámbito del psicoanálisis que había estado unido a través de un puente entre el mundo médico y el psicológico empezó a distanciarse. Fue por ese entonces que Ernest Hartmann estaba concluyendo su especialización como psiquiatra en la Universidad de Harvard. Hartmann desde siempre sintió atracción por la ciencia, ya que es hijo del famoso psiquiatra vienés, Heinz Hartmann, cuyas teorías son estudiadas en las escuelas de medicina en todo el mundo. Heinz Hartmann fue uno de los primeros y más fieles discípulos de Freud. Heinz Hartmann, conocido como el psicoanalista de los psicoanalistas, fue tan leal a Freud, que las personas le decían “el hijo de Freud”. Así a la edad de dos años Ernest Hartmann, conoció a Freud y este acontecimiento está escrito en la contraportada de su más reciente libro. Conocer a Ernest Hartmann es como conocer un poco al nieto de Freud. El no tiene la barriga ni la barba de Freud, pero, habla con acento alemán, y demuestra una bondad y cortesía casi anticuadas. Sin embargo, Hartmann, no es un nieto fiel, cuando se trata de ideas. En el estudio de su casa en Newton (Boston), se ven todas las paredes desde el suelo hasta el techo, tapizadas de libros. Hay dos sillones de cuero, color burdeo y sobre una elegante mesa, sujetando, gruesos libros una enorme piedra con la palabra: SUEÑOS. En décadas de investigación como científico y psicoanalista, ha rechazado casi la mitad de los principios de Freud. Hartmann, no cree, como Freud, que el contenido de los sueños sea irracional o codificado. Rechaza la idea que los sueños esté basados en deseos reprimidos. De acuerdo a J. Christian Gillin, profesor de psiquiatría de la Universidad de California, dice que Hartmann es un: Aun pensador independiente, no solo ha actualizado la teoría de Freud, sino que la ha reconstruido”. Hartmann, cree igual que los neurobiólogos, que los sueños son activados químicamente. Además se ha dedicado a investigaciones en esta área. Sin embargo, él está en la búsqueda de comprender el porque soñamos y lo que significan los sueños y cuales son las respuestas involucradas en un nuevo modelo de la mente. Hartmann, pasó años como investigador científico y psicoanalista trabajando con personas traumatizadas. A través de todo ese tiempo, él ha recolectado series de sueños, conteniendo de 6 a 1000 sueños cada una. Los sueños fueron compilados a las semanas o meses después de un trauma o en ciertos casos, hasta cinco años. En las pesadillas de personas traumatizadas descubrió que tenían ciertas características: había un fuerte sentimiento, a menudo expresado en metáforas. Y allí encontró entrelazados recuerdos del pasado. Las personas que han sufrido un trauma no suelen soñar mucho con el hecho en si o como se sintieron después. Sin embargo en algunas ocasiones, el individuo, puede soñar con el hecho, como por ejemplo en una violación. Pero, los personajes, el lugar y los detalles suelen ser diferentes. Después de un tiempo, estas mismas personas pueden soñar con eventos traumáticos, que no han sido vividos como con olas gigantes. Es importante señalar que tanto el sueño de la ola gigante y el de la violación engendra un sentimiento similar de terror. Las grandes pérdidas, gatillan similares sueños metafóricos. Hartmann, informa sobre un hombre cuya madre omnipotente recién había fallecido. Este fue su sueño: “Una montaña inmensa, se ha partido en mil pedazos y se ven restos de esta esparcidos por todas partes. En el sueño, el hombre reflexiona Se supone que debo arreglar y hacerme cargo de todo esto”. En otro sueño, de una mujer que había perdido a su madre: “Veo una casa vacía sola y árida. Todas las puertas y ventanas están abiertas y el viento sopla a través de ellas”. En estos sueños, según la teoría de Hartmann, fueron impulsados por emociones, pero el contenido metafórico ha sido importante. La metáfora describe Hartmann es una manera terrible de mostrarle al soñante. “Sí, es un acontecimiento, pero será único? Veamos otras catástrofes, lamentable, sí, pero es parte de un catalogo repleto de desastres en la humanidad... y la gente sobrevive”. En otras palabras, los sueños son sanadores. Hartmann, cree que este tipo de sueños basado en experiencias del pasado, es un ejemplo, del cerebro diciendo: “veamos: otras veces, cuando sentiste terror, fue igual, no? No, pero el sentimiento era similar y sobreviviste”. En su concepto, los sueños pueden ser el equivalente a los fibroblastos en la mente. Después de un corte, los fibroblastos tejen juntos los bordes de la piel, para reconstruirla. Sí el trauma por similitud, rasga la mente, entonces los sueños, al hacer conexiones con otros acontecimientos traumáticos y con experiencias pasadas ayudan a restablecer la psiquis. Hartmann empezó a pensar en los conceptos comunes de dos tipos de sueños; las pesadillas que se presentaban a través de metáforas de un trauma y los sueños que traían la solución a problemas. Él descubrió que el soñar es “hiperconectivo”, un estado mental en el cual somos capaces de hacer más lances asociativos que en el estado de vigilia. Esto fue a raíz de un sueño que tuvo, donde vio nítidamente una pila de alfombras persas, juntas, pero separadas holgadamente. Al ir desarrollando la teoría, Hartmann, empezó a visualizar la mente como compuesta por “redes de neuronas, extendidas una sobre la otra. Imagínese unas pequeñas redes de pesca electrificadas, una sobre la otra. El punto donde el cordón roza el nudo que une la trama de la red, es una conexión neural. Al parecer, en la mente consciente los sueños se quedan dentro de esa red. Hartmann cree que durante todo el tiempo, la mente hace conexiones, ya sea despierta, durmiendo o soñando. Cuando estamos soñando la mente se conecta más amplia y abiertamente. De acuerdo a Hartmann. La miente despierta está en una búsqueda, se dirige hacia una meta. Cuando se está en el estado REM, la mente en una verdadera exploración, esparciendo conexiones todo el tiempo. El hacer conexiones la mente soñante ayuda al individuo a pensar de manera asociativa o más creativamente, así como lo hizo Howe con la máquina de coser y Stevenson con Jekill y Hyde. Hartmann se ha dedicado varias décadas a estudiar en laboratorio el fenómeno de la Pesadillas. Él define a una pesadilla como un despertar aterrado de un sueño sin que medie causa externa. Algo que despierta al individuo, con un sentimiento de miedo. La pesadilla constituye según Hartmann un fenómeno psicológico y biológico muy bien definido. Dice que para explicarlo con claridad, primero hay que diferenciarlo de otros fenómenos fuertemente relacionados, con los que con frecuencia se les confunde. De forma específicamente distintos hay dos fenómenos biosicológicos diferentes: terror nocturno y pesadilla. En el laboratorio de sueños, se ha podido constatar la diferencia entre estos dos fenómenos. En el terror nocturno, la persona que está durmiendo, no recuerda imágenes ni describe ningún sueño, pero con frecuencia, se acuerda de una sensación de alguien que le está aplastando todo el cuerpo y despierta con un grito de miedo. De acuerdo a Hartmann, en un laboratorio de sueños es posible confirmar el diagnóstico de pesadilla o terror nocturno, pero en general, dice que no esto no es absolutamente indispensable. De acuerdo a su opinión, sin usar datos del laboratorio, descubre clínicamente el diagnóstico en sus pacientes, para informarse si se trata de pesadillas o terrores nocturnos o ambos. Les formula a los pacientes la siguiente pregunta:) Esas pesadillas son sueños? La pregunta parece ingenua para el que sufre de pesadillas, igual que para los que sufren de terrores nocturnos Los que padecen de pesadillas, contestan; por su puesto que sí. No tienen ninguna duda al respecto, sí, son pesadillas o sueños muy aterradores No pueden imaginarse una pesadilla que nos sea un sueño terrible. Al despertar suelen contar con detalles meticulosos todos los elementos involucrados, por ejemplo: Ay entonces el monstruo me perseguía y yo no podía escapar: Alas personas con quien estaba conversando tenían una expresión de maldad, después de un rato empezó a sacar puñales alguien me hirió el brazo. Hartmann dice que sus pacientes que sufren terrores nocturnos, juzgan su pregunta absurda. Cuando él pregunta si sus pesadillas son sueños, éstos responden: Por supuesto que no. Estos últimos pacientes se acuerdan de sus sueños, como la mayoría de las personas, pero saben con certeza que estos episodios de terror nocturno son absolutamente diferentes de los sueños. Hartmann, enfatiza en estas diferencias con el objeto de contribuir a un mayor esclarecimiento sobre la investigación sobre los sueños, pesadillas y terrores nocturnos. Es obvio, según Hartmann, que un individuo que despierta de golpe sobresaltado con un grito de la cama y una expresión espantosa en el rostro, está sufriendo de un terror nocturno, no una pesadilla. Estos fenómenos reitera, son totalmente diferentes psicológica y fisiológicamente.