ISLAM
En los países musulmanes fue el Corán que difundió la oniromancia. Era una creencia que se unía a las profecías del Talmud y a las antiguas tradiciones griegas. Además fue el único oráculo aceptado por este credo religioso.
Mahoma y sus discípulos aseveran que los sueños proféticos son una revelación directa del Arcángel Gabriel o de Alá. Dios es quien envía los sueños, éste transmite su conocimiento a Adán, éste a Seth que a su vez lo entrega a Noé.
La cultura árabe llegó a su máximo esplendor entre los siglos VIII y XIII. Los interpretes de sueños tenían la misma categoría que los profetas. Había miles de ellos y el más conocido hasta nuestros días fue Ibn Sirin (muerto en 728.DC, autor de" Livre de Reves Recueilles", (" Libro de Sueños Compilados").
Asimismo, la fe que se tenía en el mensaje que traían los sueños hizo considerar a la oniromancia como una ciencia natural.
Para los adeptos de este arte-ciencia , existía un ángel del sueño llamado "Sadiqun" y que una deidad maligna "Hará", enviaba sueños malos. La creencia era que el sueño provenía de dos fuentes; por ángeles o por Satanás.
En el Islam se le atribuía una importancia a los sueños de acuerdo a la hora en que surgían. De esta manera, el creyente de esta doctrina recibía en sueños ordenes superiores que lo obligaban a actuar de acuerdo a su fe. Los sueños eran considerados como una pauta para seguir en la vida cotidiana, pues traían dentro de sí un mensaje de lo Sagrado.
Mahoma explica que los sueños más importantes vienen al amanecer.
La relevancia atribuida a los sueños queda establecida en la sentencia dictada por Mahoma, antes de morir: "Entre todas las profecías solamente los sueños perdurarán".