Poesia

Christian Anwandter

Doctor de la Literatura y Ciencias Humanas, Université Paris Diderot- Paris 7, Francia. Magíster en Historia y Semiología del Texto de la Imagen, Université Paris Diderot- Paris 7, Francia. Licenciado en Literatura Francesa, con mención en Literatura Comparada, Universidad Montpellier III Paul Valéry, Francia. Académico Universidad Adolfo Ibañez

Video: Lanzamiento libro "Dron" de Christian Anwandter

LA MEMORIA DEL SOL

Yo nunca descarté besar el muslo amargo. Aún cuando veía el vaho en la ventana tocar quise tu cuerpo.

Qué importaba que las calles de nieve se cubrieran y que blanca la aldea se perdiera en el silencio intacto del invierno.

Qué importaba que el súbito derrame nos dejara cerca insoportablemente o que permaneciera el cielo siempre inmóvil y que no encontráramos en la neutralidad de las estrellas un refugio.

NUEVO PERÍMETRO

clava

la primera

estaca

de un área

probable

el sello que falta

lo impide

clava

la segunda

estaca

y rompe

la burocracia

del rostro

tranquilamente

clava

la tercera

estaca

y desalambra

el horizonte

anterior

“los tajos en la fruta se remedian”

cuando clava

la cuarta

estaca

ha desaparecido

el hambre

y queda sólo

el regalo del vaivén

ÚLTIMA AUSENCIA

No hay una voz detrás de estas letras que al ser leídas conmueven en silencio a la voz.

A veces parece que cada línea escrita implorara escapar a través de una mirada ajena.

Y entre líneas reincide una voz olvidada que intenta anteponerse ante cualquier memoria.

Es entonces que el tiempo se proyecta y prolonga con un ritmo asfixiante que obliga. Y los hombres se encogen de pronto asediados sin entender porqué nadie se escucha.

BORRÓ TU PERFIL

desmanteló tu perfil

– esmeradamente

borrando la semejanza de tus ojos verdes

con mis ojos negros

“a mí me gusta la del balneario,

te distingo”

“irái a ir

de nuevo?”

“me encantaría”

(somos parte

de los ojos

negros y de los

ojos verdes)

esmeradamente –

recomponer la playa, la imagen de la playa, el deseo

de que los ojos de colores puedan verte

bajo esa plenitud

como un cuadro en una planicie

repleta de puertas abriéndose a tu puerta

DERRAME

Se impone el derrumbe a lo largo de la fibra de un impulso ciego.

Es la meta que el aire le fija al pulmón destrozado.

Es la bruma que cae del sol a los ríos donde se hunden los puños.

Y no hay pausa en la humedad tejida en que el cuerpo se oculta y limita.

Las manos agitan el viento en silencio y construyen navíos de espanto.

Y la noche transcurre en murmullos que obstruyen el golpe total de las olas.

Los hombres entonces invocan a náufragos de otra presencia.

Sus bocas profieren palabras que arraigan sentido.

Sus bocas son enormes navíos que transportan el lúgubre amor de un origen.

Una pregunta renace en el fondo olvidado del sueño.

Una promesa atenta y remota alimenta el valor de unos pasos cerrados.

Y una tierra perdida en el pecho conserva el furor sublevado del polvo.

Vuelvo a casa y veo que el trayecto es ahora una forma de ahorro.

DE GÉNESIS

vaciar

de su materia

al paraíso:

deportar

todo bien,

hasta la huella

que del “señor”

quedar pudiera,

traer todo

a la Tierra

que aquí queda

vaciar

el paraíso,

hasta el saqueo:

la hilera

de peones

extenuados

de extirpar cuanto existiere,

controlando

se borren

las huellas

del ingreso

“que en blanco

quede mudo

lo vaciado

que su campo

se importe y lo sintamos”

maravilla hacinada en la miseria,

dividendo soñado de la copia

LA OPERACIÓN

Del tajo de letras sostenidas un tiempo rebrota la sangre de un rostro vacío.

Pero el rostro del tiempo no necesita la herida que inflige el amor de lo justo.

Hay rostros dejados al lado que son ellos mismos el tajo del tiempo.

Así las palabras que operan apenas suturan la herida visible a los ojos.

Del tajo de letras sostenidas un tiempo rebrota la sangre de un rostro vacío.